Reflexiones: Donar Sangre es dar Vida... y algo más

imagen de bolsa de sangre de transfusión, donantes
Foto perteneciente a pixabay
Donar sangre es dar vida, sí, creo que es algo por todos conocido. En accidentes y catástrofes, sobre todo, se hace siempre preciso. Pero no sólo es necesario en intervenciones quirúrgicas, programadas o no, en accidentes o situaciones similares. La sangre también se utiliza para obtener preparados terapéuticos imprescindibles para ser administrados como tratamiento a ciertos pacientes en ciertas patologías crónicas.

¿Qué es la SANGRE?
La sangre es un tejido fluido, es decir, está compuesta por células y elementos celulares (glóbulos blancos -encargados de la defensa de nuestro cuerpo-, glóbulos rojos -encargados de transportar oxígeno- y plaquetas -encargadas de formar coágulos, cuando sea preciso-) que se encuentran en suspensión en un líquido de composición muy compleja, llamado plasma. En el plasma encontramos desde productos de desecho procedente del metabolismo celular (metabolitos como creatinina, urea, ácido úrico, bilirrubina...), principios inmediatos imprescindibles para el metabolismo de nuestro organismo (glucosa, triglicéridos, colesterol, proteínas...), factores de la coagulación sanguínea (que, como su nombre indica, son los encargados de que la sangre coagule como debe y que sólo deben ser activados cuando la sangre sale de los vasos sanguíneos), iones-electrolitos-oligoelementos imprescindibles para el correcto funcionamiento celular y orgánico (sodio, potasio, calcio, fósforo, cinc, cloro...), vitaminas, sustancias reguladoras del funcionamiento orgánico, hormonas... y por supuesto, agua. Simplificando, esta es la composición de la sangre.
La función de la sangre es múltiple: llevar oxígeno y nutrientes a los tejidos y recoger el dióxido de carbonos y producto de desecho de las células, regular la temperatura del cuerpo, mantener el equilibrio hidroelectrolítico de nuestros tejidos, captando excesos o aportando deficiencias a las células y los tejidos intersticiales y, en general, servir de medio de transporte a nuestro organismo para llevar sustancias de un sitio a otro. De forma muy resumida, pero que muy resumida, esa sería la función de la sangre en nuestro organismo.

Cuando donamos sangre, en general, la idea que se tiene es que esta sangre que se obtiene sirve para hacer transfusiones. Cierto, en una mayor parte esta es su función, pero de la sangre se pueden obtener una serie de productos conocidos como HEMODERIVADOS, con los que se puede elaborar preparados terapéuticos cuya función es servir como, digamos, medicamento para el tratamiento de ciertas patologías que sólo pueden tratarse con productos obtenidos directamente de la sangre humana. Hoy día, por tanto, es muy extraño que a alguien le pongan sangre completa, es decir, sangre tal y como se obtiene del donante. Lo más habitual es que de cada donación se separen sus elementos que más tarde se procesarán y se utilizarán de forma específica; es decir, se utilizará cada elemento de la sangre para una función diferenciada.

 Hemoderivados:
  1. Concentrado de hematíes: es decir, se separan los glóbulo rojos, que son los que se administran en casos de anemia importante o hemorragias graves. Pueden estar o no lavados y separados de otros elementos formes de la sangre, leucocitos y plaquetas.
  2. Concentrado de plaquetas: se utilizan en casos de trombopenias graves (número de plaquetas reducido)
  3. Glóbulos Blancos o Leucocitos: se utilizan en el tratamiento de ciertos tipos de leucemias.
  4. Plasma: Cuando el paciente sólo sufre pérdida importante de la parte líquida de la sangre, se administra plasma fresco.
  5. Factores de la Coagulación: hay cierto tipo de patologías de la sangre que cursan con una disminución, ausencia o falta de función de algunos factores de la coagulación; la más conocida es la llamada hemofilia. Si esto pasa, la sangre no coagula, con el consiguiente riesgo de sufrir una hemorragia masiva ante heridas pequeñas o traumatismos banales. A estos pacientes se les debe administrar el factor de la coagulación específico que le falta y estos factores, en su mayoría, se obtienen de la sangre de las donaciones -ya se está empezando a utilizar fármacos sintéticos que evitarían depender de donaciones-.
  6. Albúmina y otras proteínas plasmáticas: en algunos procesos patológicos -como algunas patologías graves del hígado- cursan con disminución severa de estas proteínas lo que pone en serio riesgo la funcionalidad orgánica. En estos casos se administra estas proteínas que se obtienen de las donaciones.
  7. Anticuerpos o inmunoglobulinas: son proteínas fabricadas por un tipo de leucocito cuya función es actuar de forma específica frente a ciertas sustancias extrañas o microorganismos patógenos. Estas inmunoglobulinas se administran en personas expuestas o personas con déficit inmunológico.
De forma muy esquemática, estos son los productos que se pueden obtener de la sangre de una donación y que se pueden separar de forma específica durante la donación (donación de plaquetas o leucocitos, por ejemplo), lo que se conoce como Aféresis, o como proceso de separación posterior, cuando se hace una donación de sangre completa.

De ahí que el título de mi entrada haga referencia a que donar sangre no sólo ayuda a salvar una vida en un momento crítico o una intervención quirúrgica, sino que los productos que se obtienen de algo tan sencillo, en apariencia, como es una bolsa de sangre, sirve para tratar decenas de patologías, algunas realmente graves.

España es un país modélico en donación de órganos. En este sentido se encuentra a la cabecea de donaciones mundial y su sistema de organización de trasplantes (ONT) es emulado, copiado o es inspirador para otros países. De hecho, se está creando o se ha creado ya, un sistema Europeo establecido bajo las bases del español y llevado por coordinadores españoles, entre otros.
Pero en donación de sangre, España, no cumple con lo marcado por la OMS: tiene una tasa de 39 aportaciones al año por cada mil habitantes, cuando debería tener 45.
Los requisitos para donar son muy básicos, casi todos pueden hacerlo. Cierto que el proceso de extracción es precisamente lo que echa para atrás a muchos en su decisión, pero creo que las molestias de un pinchazo bien merecen la pena por los beneficios de reporta y lo mucho que podemos ayudar a otros.
      Es importante prestar atención a los efectos secundarios que pueden derivar tras la donación: mareos, malestar, sudoración, sensación de cansancio o fatiga... Es conveniente preguntar a los profesionales -médicos y enfermeros- sobre estos efectos secundarios.

PARA SABER MÁS: 
Y, por ahora, nada más. Si tienes alguna duda pregunta a tu enfermera.

edittado el 14 junio 2019 (cambiar imagen, revisar enlaces, añadir texto)

Comentarios

EsperanzaK ha dicho que…
En mi opinión faltó información respecto a la donación de sangre.

Me explico. Doné sangre hace 1 - 2 semanas y no se me advirtió de los "efectos secundarios" ni se me dieron recomendaciones.

Tras una hora de haber donado sangre (y haber comido y bebido lo que ofrecían) tuve baja de tensión sudoración excesiva, debilidad en las piernas, palidez, etc. Al subir hasta mi salón de clase en el 4º piso (el "operativo" se realizó en la universidad).

Ni me dieron recomendación alguna al respecto...

Ej.: No haga fuerza - esfuerzo el día de hoy, venga a donar acompañado de alguien, espere aquí un par de horas, vamos a colocarle suero, etc.

Me parece que es costumbre asumir que el donante sabe en qué se está metiendo cuando por lo general, sólo sabe que sirve para salvarle la vida a alguien.

La información es demasiado superficial, escasa y no se educa al respecto ni a las comunidades.

Me parece que son fallas importantes que se deben de solucionar (y mejorar) rápido.

Los "productos derivados" de la sangre, probablemente, sólo lo conocen los profesionales de la salud...
Lola Montalvo ha dicho que…
ESPERANZAK: tienes razón es imprescindible avisar de los efectos que pueden existir sobre la actividad física o sobre ciertas molestias como las que tú indicas: hipotensión y malestar. Es imprescindible avisar a los donantes y que durante un día o dos bajen su ritmo un poco.
Y con respecto a los productos derivados, los hemoderivados: claro que es algo que sólo conocen los profesionales de la salud, por eso lo he puesto en la entrada, para que los donantes y potenciales donantes sepan que su sangre ayuda a muchas personas, a muchísimas...
Muchas gracias por leer y comentar. Un fuerte abrazo

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