Las vacunas que salvan vidas
-pincha la imagen para ampliarla-
El tema de las vacunas y su importancia ya ha sido tratado varias veces en este espacio.
Antes del descubrimiento de las vacunas, la gente moría en su gran
mayoría por enfermedades infectocontagiosas muy comunes como la gripe, el
sarampión, la viruela, la difteria, el tétanos… La tasa de mortalidad infantil en
España era brutal a principios del siglo XX; ya en los años 30 se redujo
considerablemente gracias a la utilización de las primeras vacunas de la
viruela y a mejora de condiciones higiénico-sanitarias generales; estas tasas de
mortalidad infantil fueron disminuyendo hasta llegar a ser una de las menores
del mundo a principios del siglo XXI. Las vacunas han tenido mucho que ver en
este logro, dado que han reducido de forma considerable la mortalidad derivada
de patologías infecciosas desde la implantación de la vacunación sistemática en
los años 60 y 70. Hoy día la viruela se considera erradicada a nivel mundial desde
1979 gracias a la vacunación masiva que se llevó a cabo durante más de un siglo.
La poliomielitis estaba en vías de ser erradicada, aunque aún no se ha logrado.
En España no hay casos nuevos desde hace mucho tiempo; Europa y América se
consideran libres de esta enfermedad desde hace más de 17 años
—AEP, Poliomielitis,
mayo 2018 https://vacunasaep.org/profesionales/enfermedades/poliomielitis—.
Sarampión y rubeola se consideraban
enfermedades casi erradicadas en 2018 en España, según la OMS —los pocos casos
diagnosticados eran importados—, pero ha habido un rebrote en los últimos meses
que nos ha vuelto a poner en alerta.
En definitiva, enfermedades
infectocontagiosas que producían altas tasas de mortalidad y secuelas, han
descendido de forma notable gracias a las mejoras de medidas higiénico-sanitarias
y a la vacunación masiva de la población, sobre todo mediante la aplicación de
un cuidado y revisado calendario de vacunación infantil… que por fin amplía su
inclusión a la población adulta.
Supongo, y así lo creo en
realidad, que las personas con ERC que llevan terapia renal sustitutiva en
forma de hemodiálisis o diálisis peritoneal, no ponen en duda la necesidad de
estar al día en sus vacunas de tétanos y hepatitis B, porque saben y entienden
el riesgo que supone para su seguridad no estar correctamente vacunados,
llevando a cabo una estrecha vigilancia de su titulación de anticuerpos
respecto a estas dos patologías. Entiendo, igualmente, que tanto enfermos con
ERC en terapia renal sustitutiva como trasplantados —así como enfermos con
patologías cardiacas, Asma, EPOC, …— no dudan en la necesidad de vacunarse
todos los años de, al menos, la gripe estacional y de todas aquéllas vacunas
que el nefrólogo/enfermera considere adecuados. La ciencia demuestra que su
eficacia es alta y que evita graves enfermedades en personas susceptibles, como
lo son los enfermos crónicos.
Bien, hace años ya que ciertos
grupos «antivacunas» o «anti-vaxxers» hacen campaña precisamente contra las
vacunas, lanzando explicaciones con escaso valor científico que pretenden
tumbar los argumentos científicos que las respaldan; también existen personas
que no rechazan las vacunas pero que dudan sobre alguna de ellas o su absoluta
necesidad. Parece increíble pero los argumentos de los antivacunas se han hecho
virales y ruedan por las RRSS a la velocidad de la luz consiguiendo que muchas
personas crean su «lógica» y rechacen la administración de vacunas no solo en
ellos mismos, sino en sus hijos. Ello ha condicionado que el rechazo de las
vacunas haya llegado a ser mayoría en algunas comunidades; de esta forma, los movimientos
antivacunas han sido incluidos por la OMS como una amenaza para la salud, junto
al ébola o al cambio climático y la contaminación, entre otros. Esa magnitud tiene
movimientos como éstos.
Cualquier movimiento antivacunas argumenta
una serie de ideas que tienen el poder de generar miedo en la población que les
escucha o les lee, y logra sumarse adeptos o personas dudosas de su beneficio y
seguridad. Un factor que ayuda a que tengan más repercusión es el hecho de que muchos
famosos, nacionales e internacionales, se han manifestado acérrimos
antivacunas, hecho que posibilita que este movimiento tenga más seguidores aún.
No se puede descartar tampoco el factor informativos: a veces los medios
proporcionan datos o informaciones no contrastadas o invitan a divulgadores
cuyos argumentos antivacunas que no son contrastados o rebatidos por la otra
parte, la de los profesionales de la salud/ciencia.
Los casos de sarampión han
crecido un 400% en Europa entre el 2016 y el 2017, según datos de la OMS —El País. Febr.2018: «Los casos de
sarampión en Europa aumentaron un 400% en 2017»
35 muertes y 21.000 afectados. https://elpais.com/elpais/2018/02/21/mamas_papas/1519216950_438173.html
—. Hacer caso de los antivacunas nos
pone a todos en un serio peligro, porque el beneficio de las vacunas reside en
generar una protección de grupo, lo que se conoce como «inmunidad de grupo» de
tal forma que el microorganismo no avanza cuando muchos individuos están
inmunizados, lo que protege a toda la población en general. Si dejamos de
vacunarnos, enfermedades que ya estaban controladas, volverán a campar
Bien, ¿cuáles son los argumentos
de los antivacunas? La verdad es que son múltiples: desde que las vacunas
producen autismo, que producen efectos secundarios fatales o que los programas
de vacunación son una estafa, entre otros muchos. Ante estos argumentos —cuyos
intereses no están demasiado claros— los profesionales de la salud y la ciencia
enarbolan explicaciones basadas en la evidencia científica que las desmontan una
a una; pero sus mensajes, aun siendo difundidos por los mismos cauces, no son
tan virales como lo son los que lanzan estas campañas antivacunas. Existen en
RRSS muchos profesionales de la salud y la ciencia que se dedican día a día a
desmontar estos argumentos basados en ideas falsas. Entre ellos, destaco a
Azucena Santillán, enfermera hospital Universitario de Burgos, doctora, experta
en EBE y docente, que hace unas semanas ha publicado un artículo junto a Ignacio
Rosell, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y profesor
de la Universidad de Valladolid, titulado: «Discurso antivacunas en las redes
sociales: análisis de los argumentos más frecuentes» , en el que analizan y exponen
los argumentos manifestados en RRSS por los que están en contra de las vacunas
y dan las explicaciones que desmontan esos argumentos. En el esquema adjunto, presentado en la imagen superior a este artículo, se pueden ver ambos.
En RRSS menudean bulos de todo
tipo, y los bulos en salud son de los que más atención genera dado que la
prevención de las enfermedades y el cuidado de la salud es algo que nos importa
a todos. Las campañas antivacunas están teniendo mucha repercusión y, por su
capacidad de desencadenar desconfianza y por el daño potencial que puede derivar
si se hace caso de sus falacias, han sido consideradas por la OMS como una
amenaza para la salud de todos.
Si tienes alguna duda sobre las
vacunas o sobre cualquier otra circunstancia relativa a nuestra salud pregunta
a tu enfermera, a tu médico, pregunta a los expertos y a la ciencia… pregunta a
los que saben, a los que conocen los datos, a los que te pueden explicar los
peligros reales o no, los riesgos, las contraindicaciones, los efectos
secundarios. Parafraseando una idea que leí en las redes sociales —desconozco
la fuente—, la peor vacuna es la que no se pone.
Para saber más:
- Santillán, A. y Rosell, I. Discurso antivacunas en las redes sociales: análisis de los argumentos más frecuentes. Tiempos de Enfermería y Salud. Nº5. 2018 https://tiemposdeenfermeriaysalud.es/journal/article/view/15/6
- OMS. Preguntas y respuestas sobre inmunización y seguridad de las vacunas. Abril 2018 https://www.who.int/features/qa/84/es/
- El País: «La OMS sitúa a los antivacunas entre los riesgos para la salud de los europeos». Septiembre 2018 https://elpais.com/sociedad/2018/09/12/actualidad/1536756969_649898.html
Comentarios