Reflexiones: Nuevas patologías sociales: DESEMPLEO, DESAHUCIO y DESAMPARO


                              
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La tasa de DESEMPLEO en España es, desde octubre del 2012, mayor del 25%, lo que supone más de 5.700.000 personas en edad laboral sin trabajo legal.





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En España se ejecutan al día más o menos 500 desahucios (cifras de octubre) aunque desde hace un par de meses los jueces han frenado este chorreo. Desde 2007, más de 400.000 familias se han quedado sin su vivienda.

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La NO APLICACIÓN de la Ley de Dependencia deja en desamparo a miles de personas con discapacidad y/o ancianas, que precisan de ayudas del estado para poder llevar una vida digna; ello sumado a los recientes recortes de las pensiones que el gobierno ha aprobado en fechas recientes... y lo que vendrá en un futuro.

Otras veces en este mismo espacio ya he indicado que somos seres BIO-PSICO-SOCIALES, es decir, que cada una de las partes, biológica,  psicológica y social, de un ser humano no puede ser separada de las demás ni diseccionada y que lo que afecte de una forma positiva o negativa a una de ellas, afectará a las otras dos.

      También, con anterioridad, he tratado lo mucho que afecta la crisis actual y los recortes en derechos que los ciudadanos están sufriendo -no sólo en España, sino en muchos países de UE y del mundo-, de tal forma que se ven afectados servicios básicos como Sanidad, Educación, Dependencia y Justicia, como los derivados de los derechos más básicos. A ello debemos sumar la enorme tasa de DESEMPLEO que existe en estos días y el gran número de DESAHUCIOS que vemos se llevan a cabo al día, con todo lo que ello conlleva. Un somero análisis por separado.

  • DESEMPLEO: el problema del paro en nuestro país afecta, sobre todo, a los mayores de 45 años y a los jóvenes -tenemos la mayor tasa de desempleo general y de población joven de la UE-. Los jóvenes tienen cierta capacidad de sobrellevarlo con más facilidad, por una mera cuestión de cronología: tienen más tiempo para formarse y suelen ser más «contratables» para la empresa, eso sí, si reúnen ciertos requisitos y si tienen cierto nivel formativo; son los que más fácilmente se deciden a abandonar el país para buscar una oportunidad fuera, dado que en muchas ocasiones no tienen formada aún una familia que les limite su capacidad de decisión. Pero los mayores de 40-45 años no tienen esta posibilidad: aunque tengan una formación excelente, no suelen ser elegidos por las empresas para cubrir las vacantes y su despido supone condenarlos a un paro casi eterno. DESEMPLEO, supone pérdida de poder adquisitivo, lo que puede desencadenar insolvencia, facilita los problemas familiares y el DESAHUCIO, si se tiene deudas hipotecarias. También supone una menor calidad en alimentación, menor ejercicio físico, abandono de tratamientos médicos -al no poder costear los medicamentos-. DESEMPLEO supone un intenso estrés, baja autoestima, ansiedad, angustia, depresión..., que pueden facilitar el desarrollo de otras patologías como alcoholismo, drogadicción y suicidio, entre otras muchas. Y no olvidemos que cuando enferma una persona, enferma toda una familia...
  • DESAHUCIO: el que un juez dictamine una ejecución de desahucio supone un enorme mazazo en la vida de la persona y su familia, un miedo inmenso, lo que puede desencadenar un intenso estrés, angustia, ansiedad, depresión... El nivel de desesperación puede ser tan extremo que lleguen al suicidio, como, por desgracia, hemos visto en fechas recientes (por cierto, triste que los gobiernos, central, autonómicos y locales, hayan necesitado varias muertes de personas desesperadas por la inminencia de un desahucio para que hayan reaccionado de alguna forma... tibia, pero reacción al fin y al cabo). Pero además, una persona en la calle sufre desnutrición, efectos de la meteorología (frío o calor extremos), abandono del cuidado de patologías agudas o crónicas, agresiones, alcoholismo, drogadicción..., patologías psiquiátricas. Cuando una persona pierde su hogar pierde todo referente personal y, por lo tanto, social. Además, los Sin-Techo suelen ser invisibles no sólo para las administraciones sino para la mayor parte de la ciudadanía. Dejan de tener valor e imagen social, excepto para las ONG's que los asisten y la tibia-pálida asistencia por parte de administraciones.
  • DESAMPARO: en general, las personas con cierta dependencia de otros o de la administración, tienen una sensación de desamparo justificada. Las administraciones no velan por sus necesidades como se espera que se haga con nuestros impuestos. Podemos hablar de los discapacitados, de los ancianos, de los dependientes, en general, que han visto cómo la primera partida económica que se ha secado ha sido la que atendía su día a día. Cierto. Pero este DESAMPARO llega hoy día a la SANIDAD, con privatizaciones indiscriminadas e interesadas, recortazos, repagos, precariedad. Llega a la JUSTICIA, de tal forma que sólo los que tengan poder económico podrán hoy día asistir a su mediación ante cualquier litigio. Con el desempleo y la precariedad laboral, recortes en pensiones, subidas impuestos, robo de sueldos..., cada día serán menos los que puedan acudir a la Justicia. Llega a la EDUCACIÓN, de tal forma que la educación pública está viendo mermada su infraestructura, masificando las aulas, no sustituyendo al profesorado, limitando presupuesto de actividades, subiendo tasas de forma abusiva..., de tal forma que, hoy día, sólo el que tiene un presupuesto familiar mínimamente elevado puede costear la educación de sus hijos y su futuro... En general, el ciudadano tiene la sensación de que todo derecho que daba por sentado hace unos años, hoy día está cuestionado. Que sólo los ricos tienen algo que hacer en esta sociedad capitalista e interesada y que sólo el que tiene dinero tendrá una vida digna. DESAMPARO social que produce estrés, angustia, ansiedad, depresión...
            Según afirman los propios médicos, aumentan las consultas por trastornos de ansiedad y depresión, a consecuencia de la situación de crisis «extrema» que estamos viviendo. Y yo me permito afirmar, por todo lo expuesto más arriba, que estamos ante una situación de «enfermedad social» que aboca a las personas hacia cierta sensación de desesperanza, en la que no se tiene la sensación de que esto vaya a mejorar. Esta enfermedad social tiene riesgo de cronificarse. Por ello, ansiedad y depresión son trastornos/enfermedades debidos al repunte anómalo y estructural de males sociales como el DESEMPLEO, los DESAHUCIOS y el DESAMPARO social consecuencia directa de la ineficacia e ineptitud de los gobiernos, producto de sus políticas antisociales, en las que prima el valor del dinero, los bancos y las grandes empresas y ya no importan tanto las personas, las familias y los ciudadanos individuales con sus problemas particulares.

      Ya termino, sí.
      Espero que esta entrada no se tome como una crítica política a un partido concreto, dado que no es el objetivo de este blog (ya tengo otro espacio en el que sí lo hago). Esta entrada está motivada por la observación cotidiana de los problemas de las personas y sus consecuencias directas sobre su salud. La ineptitud de los gobiernos para darle solución es patente y no creo que haya descubierto nada nuevo; sólo lo he resumido en un único espacio. La alta política actual se olvida de las personas... esas que nosotros sí vemos a diario, no sólo como profesionales, sino como seres humanos que somos, que soy. Espero que ya hayamos tocado fondo en esta crisis y todo lo que nos venga en próximas fechas sea para subir y salir, para mejorar. Así lo espero y deseo, porque la desesperanza es mala compañera.

      Y, por ahora, nada más.

Comentarios

CreatiBea ha dicho que…
Querida Lola, espero y deseo que el año que comienza sea un año mejor, que logremos entre todos paliar los efectos de estas terribles enfermedades sociales que describes, y que particularmente para ti sea un año en el que tus deseos se hagan realidad.

Mil besos y un abrazo enorme.

¡Feliz año!
No cogé ventaja, ¡miarma! ha dicho que…
Muchas gracias por tus cariñosas palabras Lola.
La primera parte, el desempleo, lo he sufrido en carnes propias. Gracias a Dios no me habían confundido y no tenía grandes cargas con lo cual pude solucionar sin grandes inconvenientes el problema que se me vino encima y, que desgraciadamente lleva inexorablemente a la cadena que tan bien describes en tu entrada.
Retomo esta actividad con lo cual volveremos a estar en contacto. Muchas felicidades y buenos deseos para este año. Un beso
Anónimo ha dicho que…
Identificada contigo, hace 26 años que acabe la carrera y me he visto totalmente reflejada. Vocación y amor por una profesión que debido a las decisiones de nuestros "queridos" cargos políticos están haciendo que me replantee muchas cosas. Un beso Lola.
Lola Montalvo ha dicho que…
Anónimo:
Ayer los sindicatos (a los que no me siento en absoluto unida, dado que los sindicatos han permitido que hayamos llegado a la situación actual) denunciaron que solo se sustituyen el 10% de las vacantes en verano... Eso sí, se nos sobrecarga de trabajo y se pretende que hagamos bien nuestra labor, cuidemos bien del enfermo y usuario y que no pongamos en riesgo su seguridad. Nos exigen eso mientras muchos se rascan la barriga con nuestros recortes y nuestra precariedad laboral.
Es horrible la situación que estamos viviendo hoy día... y no lo digo sólo como profesional, sino como usuaria de la sanidad pública que soy y que sufro en mis carnes estos recortes de la forma más patente y cruda.
Muchas gracias por leer y comentar. Un abrazo

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